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"Creo que la gente me tiene cariño porque siempre he tratado de actuar con flexibilidad, sin imponer las cosas a rajatabla"

"Creo que la gente me tiene cariño porque siempre he tratado de actuar con flexibilidad, sin imponer las cosas a rajatabla"

Manuel Núñez 'Maito' se jubilaba hace unos días tras casi 34 años de servicio en la Policía Local, recibiendo el homenaje de sus compañeros y de la corporación

Juan Carlos Zambrano

Jueves, 1 de diciembre 2016, 19:42

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La identificación de los fuentecanteños con su labor es tal que más que hablar de Policía Local se hablaba de 'Maito': "eso llamas a Maito y verás que pronto le pone las pilas". Ahora ya no podrá seguir siendo así. Acaba de jubilarse, aunque asegura que la suya será una jubilación muy activa, repartida entre los encargos familiares para fabricar toda clase de enseres de madera y los ensayos del grupo Decantos.

-La primera pregunta es obvia: ¿de dónde le viene lo de Maito?

-Se lo pusieron a mi padre, que se llamaba Manuel, y para abreviar lo de Manolito, se le quedó en Maito. Luego pasó a mi. Yo intenté que no pasase a mi hijo, y le puse Jesús, pero no sirvió, lo ha heredado como Jesús Mai.

-¿Cómo entra en la Policía?

-Estaba trabajando en la carretera y surgió la oportunidad. Convocaron unas plazas y, fíjese, suspendimos todos. Lo que pasa es que el alcalde de entonces, Manuel Yerga, nos mantuvo como interinos hasta que salieron de nuevo las oposiciones y entonces aprobamos.

-¿Ha cambiado mucho el trabajo en estos años?

-Muchísimo. Cuando yo entré, casi nadie quería ser policía municipal. Estaba muy mal pagado y hacías muchas horas. Todo eso ha ido cambiando, en organización y también en incorporación de la informática y todo eso, que alivia tareas de informes, partes y tal.

-¿Alguna vez se planteó dejar este trabajo?

-No, nunca, al contrario. Eso sí, ha habido momentos muy malos, como cuando te enfrentas a muertes por accidente, y sobre todo con los suicidios. Son circunstancias en las que nunca te querrías ver.

-¿Qué opinión cree que tiene la gente del pueblo de usted?

-Yo creo que me tienen bastante cariño, porque también pienso que me he portado bien. Siempre he tratado de que se cumplan las normas, pero con cierta flexibilidad y tolerancia, no en plan rígido, y eso lo aprecian. Siempre me gustaba avisar y no sancionar directamente, incluso eso ha hecho que alguno abuse.

-¿Recuerda alguna anécdota curiosa?

-Muchas. Por ejemplo, antes nos encargaban de custodiar a personas para su ingreso en el Psiquiátrico de Mérida. Una vez, cuando estábamos allí, se nos vino corriendo un tipo con una pistola en la mano. Nos quedamos paralizados hasta que vimos que era de juguete. El tipo dio una voltereta en el aire, nos apuntó e hizo ¡piu, piu!, como si nos disparase. Luego nos reímos, pero al principio nos dio un buen susto.

-¿Y situaciones complicadas?

-Siempre hay. No voy a dar nombres porque todo el mundo lo sabe, pero había una persona, que ya murió, que cuando bebía, y lo hacía a menudo, se ponía muy violenta, y además tenía mucha fuerza y costaba lo suyo reducirlo. Luego había otro, también fallecido, con el que había que ir con mucho cuidado, porque si podía se lanzaba contra los cristales o de cabeza al suelo para luego acusarnos de haberle maltratado.

-Una curiosidad, ¿dónde llevan a los detenidos?

-Normalmente no detenemos. Si alguien está muy alterado le llevamos al centro de salud para que le pongan un Valium. Si ya hay que detener, se hace cargo la Guardia Civil.

-Y al hilo de esto, ¿cómo es la relación con la Guardia Civil?

-En general buena, hay colaboración y ellos están muy preparados y son muy eficientes. Lo que pasa es que también son muy suyos, muy reservados, no te facilitan ninguna información, al contrario que nosotros, que sí les ayudamos en este tema. También tienen muy marcadas su zona y por ejemplo en el caso urbano no intervienen, mientras que nosotros, si pasa algo en los alrededores, un accidente por ejemplo, y ellos no pueden ir en ese momento, sí que vamos a ayudar hasta que ellos llegan. Pero por lo demás, bien.

-¿Se aburrirá ahora en la jubilación?

-¡Qué va! Tengo un montón de cosas. Tengo un taller en el que hago muebles de madera y otras cosas para mis hijos, y ya tengo encargos para montar adornos y tal para las bodas de mis sobrinos. También hago cucharas de cuerno, y además estoy en el grupo Decantos, que con ensayos y actuaciones, entretiene mucho y lo pasas muy bien, conoces a mucha gente.

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