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El historiador Benito Bermejo durante su conferencia en Badajoz.
Fuente de Cantos fue la población extremeña con más prisioneros en los campos de concentración nazis

Fuente de Cantos fue la población extremeña con más prisioneros en los campos de concentración nazis

De los 22 fuentecanteños internados en Mauthausen y Gusen, solo sobrevivieron cuatro. El historiador Benito Bermejo critica el olvido de estas víctimas

t. a./j. c. z.

Viernes, 29 de julio 2016, 10:18

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Hace unos días, el historiador Benito Bermejo pronunciaba una conferencia en Badajoz, en la que criticó duramente el olvido hacia las víctimas españolas del exterminio nazi. Bermejo, coautor junto a Sandra Checa del Libro Memorial, que refleja la historia de estos prisioneros, destacó como elemento llamativo el gran número de fuentecanteños que padecieron este horror.

De hecho, Fuente de Cantos es la población extremeña con más víctimas, con un total de 22 sobre 300. De esos 22 solo sobrevivieron cuatro. El historiador indica que sobre la suerte de estas personas se extiende un manto de silencio que apenas levantó el citado libro, gracias al cual incluso algunos familiares pudieron conocer la suerte de parientes que habían dado por desaparecidos décadas atrás.

La primera cuestión es cómo acabaron estos fuentecanteños en un campo de concentración nazi de Austria. La respuesta, según Bermejo, es que estas personas pasaron a Francia huyendo de la represión franquista tras la guerra. Una vez allí son obligadas a incorporarse a una especie de servicio militar si no quieren ser expulsados.

Con la invasión nazi, caen prisioneros de las tropas de Hitler. Las autoridades alemanas contactan con las españolas para preguntar qué hacían con ellos, puesto que eran ciudadanos españoles. La respuesta del régimen franquista es su condena: no se les considera españoles, han sido despojados de su nacionalidad y por tanto son apátridas. Como tales serán marcados con el triángulo de los sin patria.

Estos 22 fuentecanteños, junto a casi 7.000 españoles más, son enviados a Mauthausen. Se trata de un campo de trabajo (no de exterminio). La diferencia entre uno y otro es que en los exterminio se les asesinaba nada más llegar y en los de trabajo se les obligaba a realizar tareas inhumanas en condiciones extremas hasta que morían.

Además, Mauthausen contaba con un campo complementario, Gusen, denominado cínicamente campo sanitario o campo de curación. En realidad, Gusen era un lugar donde mayoritariamente se experimentaba con los prisioneros, que terminaban muriendo tras incontables padecimientos o eran gaseados si se encontraban demasiado débiles.

HERMANOS

La situación de estos prisioneros mejoró ligeramente a finales del 41 y principios del 42, y eso permitió que algunos de los que habían sobrevivido hasta entonces llegasen hasta el final de la guerra y fuesen liberados.

No se trató de ningún gesto de compasión por parte de los nazis, sino de una cuestión meramente práctica: a mediados del 41, Hitler abre el frente ruso, al iniciar la Operación Barbarroja, y eso obliga a la Alemania nazi a un sobreesfuerzo militar que se intensifica al estancarse el frente en 1942, y que necesita más producción de armamento. Dado que los prisioneros eran la mano de obra que fabricaba las armas, al régimen hitleriano le convenía que no muriesen.

Gracias a la recopilación de Benito Bermejo y Sandra Checa se conocen los nombres de los fuentecanteños olvidados en los campos nazis. Los 18 fallecidos fueron: José Aradilla Domínguez (muerto en Gusen, 1941), Ricardo Arteaga Yerga (en Gusen, 1942), José María Delgado Lebrato (Gusen, 1941), Teófilo Fernández Barriente (Gusen, 1941), José Fernández Sáez de Tejada (Gusen, 1941), Casimiro García Becerra (Gusen, 1942), José Giménez López (Gusen, 1941), Javier González Muñoz (Gusen, 1941), Antonio Goya Diosdado (Gusen, 1942), Casildo Hernández González (Gusen, 1941), Luis Lamilla Sánchez (Gusen, 1942), Manuel Lamilla Sánchez (Gusen, 1941), Celedonio Lobato Yerga (Gusen, 1942), Rafael Lobato Yerga (Gusen, 1941), Bautista Miranda Duarte (Gusen, 1941), Antonio Moreno Cortés (Gusen, 1942), Casimiro Moreno Giménez (Gusen, 1941) y Rafael Real Santos (Gusen, 1942).

Todos ellos pasaron unos meses en Mauthausen antes de ser trasladados al campo de exterminio.

En cuanto a los que sobrevivieron fueron: Benito Borrego Berjano, internado en Mauthausen en 1940; José Macarro Robles, internado en Mauthausen en 1941 y trasladado a Gusen en fecha no especificada; Santiago Rojas Hernández, internado en Mauthausen en 1941 y trasladado a Gusen poco después, y Bernardo Rodán Carrasco, internado en Mauthausen en 1941 y trasladado a Gusen en 1941.

Para ellos y para el resto, Bermejo reclama un reconocimiento, que nunca se dio ya que incluso se ignoraba su suerte y paradero puesto que los supervivientes nunca regresaron a España.

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