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El escultor Julián González recibe el cariño de Fuente de Cantos en su nombramiento como Hijo Predilecto

El escultor Julián González recibe el cariño de Fuente de Cantos en su nombramiento como Hijo Predilecto

Tras la ceremonia en el ayuntamiento tuvo lugar la inauguración del museo que alberga las obras donadas por el artista emigrado a Brasil

Juan Carlos Zambrano

Martes, 28 de febrero 2017, 19:14

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Centenares de personas, muchas de las cuales tuvieron que seguir el acto desde el exterior, ya que el salón de plenos se quedó pequeño, acompañaron a Julián González en la ceremonia donde se le nombró Hijo Predilecto. El escultor estuvo acompañado por numerosos familiares, unos desplazados desde Brasil expresamente para esta ocasión, y otros desde distintos puntos de España.

Además, asociaciones, entidades y vecinos quisieron con su presencia expresar el cariño y agradecimiento de los fuentecanteños al artista que, pese a residir desde hace más de medio siglo en Sao Bernardo do Campo (en el estado de Sao Paulo), nunca se ha olvidado de su pueblo natal y ha donado gran parte de su obra para que quede para siempre en Fuente de Cantos.

Abrió la ceremonia la alcaldesa Carmen Pagador, quien apuntó que era un honor poder vivir el momento de reconocimiento a un espíritu emprendedor y aventurero, a un excelente escultor y a una gran persona. Pagador indicó que el gesto de González es aún más valioso si se tiene en cuenta que para él cada obra es algo muy especial, de la familia, y por eso su voluntad de dejarlas aquí nos resulta aún más importante. La alcaldesa explicó que se decidió que el museo ocupase un lugar tan emblemático para los fuentecanteños como es la ermita de la Aurora, y terminó agradeciendo al escultor tu gesto y tu regreso.

Tras ella, José Lamilla, presidente de la asociación cultural Lucerna, y persona que inició los contactos con el artista que germinaron en la donación de su obra, relató el procedimiento seguido para la concesión del título de Hijo Predilecto. Relató Lamilla cómo tras la presentación por él mismo de una biografía de Julián González en la última jornada de historia de Fuente de Cantos, se dio inicio a un expediente que arranca con el informe realizado por Felipe Lorenzana, cronista oficial de la villa y presidente de la Sociedad Extremeña de Historia, donde se destacan las cualidades artísticas y humanas de González.

Así, recoge su faceta como escultor, iniciada en el taller familiar de carpintería y que continuó y fue reconocida posteriormente en Brasil. Del mismo modo, el informe destacaba otra visión del artista: su extraordinaria labor social con la puesta en marcha, apenas seis años después de llegar a Brasil, y cuando su empresa de muebles apenas empezaba a despegar, de una escuela de oficios que acogía a los niños de la calle y les daba formación y empleo, convirtiéndose ya en esa época en pionero que supo ver el protagonismo de la educación en la promoción social del individuo. Por último, el informe apuntalaba un tercer motivo para su distinción: la decisión de donar su obra al pueblo del que tuvo que marcharse. En resumen, señaló Lamilla, un buen artista y una buena persona.

Con esta base se tramitó el expediente que cuenta no solo con el respaldo municipal, sino con el aval de innumerables entidades, asociaciones, historiadores, profesores y personajes del mundo de la cultura.

Tras Lamilla, y fuera de programa, quiso tomar la palabra el músico y folclorista Emilio González Barroso, que ostenta el título de Hijo Adoptivo de Fuente de Cantos. González Barroso relató cómo un casi adolescente Julián González recibió el encargo de tallar un gran Cristo Crucificado para el colegio San Francisco Javier, y como él tuvo el privilegio, acompañando al entonces director del centro, Padre Juan, de seguir paso a paso la evolución de la obra hasta que estuvo terminada y presidió durante años la capilla del colegio. Hoy se encuentra en la ermita de San Juan. Me felicito y me siento todavía más orgulloso de ser Hijo Adoptivo de este pueblo, de personas sensibles y cuna de artistas, concluyó.

Seguidamente, Pagador entregó al escultor el diploma y la insignia que el acreditan como Hijo Predilecto, así como una copia del expediente completo. Julián González, visiblemente emocionado, no pudo articular palabra.

El artista, que el día 3 cumple 80 años, sí habló minutos después al descubrir la placa del museo, acto seguido también por centenares de personas. Allí, González se manifestó agradecido por el cariño que Fuente de Cantos le había mostrado a él y a toda su familia, y emocionado por ver cumplido su deseo de disponer de un lugar donde exponer su obra, que para él tiene mucho de agradecimiento a su padre. También tomaron la palabra Margarita Fabra, esposa del escultor, y Dolores González, su hija, quienes reiteraron la gratitud por el trato recibido y el honor que se le hace al artista, y se mostraron más comprometidas que nunca en el recuerdo de Fuente de Cantos.

Luego, los asistentes pudieron al fin comprobar la exposición de las 27 esculturas, pertenecientes a varias etapas artísticas de Julián González, desde el primer Cristo tallado cuando era aún un niño hasta las esculturas actuales en piedra y mármol.

Allí el artista no paró de firmar dedicatorias en los catálogos de la exposición, ya que fueron muchos los vecinos que se acercaron a felicitarle y que querían conservar este documento con la letra y firma del artista.

En breve, toda la numerosa familia de Julián González emprenderá de nuevo viaje a Brasil, mientras vecinos y visitantes podrán disfrutar de su arte de manera permanente.

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