El camino discurre con sol, algo de calor y una gran participación

Hacia las 11.30, tras los actos previos, el estandarte tomaba la pista de Calera para adentrarse luego en los campos. Miles de romeros a pie, a caballo o en carretas seguían la carroza de la Hermandad, con paradas periódicas para disfrutar del cante, el baile, la comida y la bebida.

La parada en Mejía sirvió para reponer fuerzas y descansar antes de afrontar el tramo final. Ya en la atardecida, antes de las 20.00 horas el estandarte hacía su entrada en la pradera y era conducido hasta la ermita, donde algunos coros aún tenían fuerzas para dedicarle sus cantos.

Luego, unos se volvieron a casa y otros siguieron disfrutando de la fiesta en las casetas hasta la madrugada.

El único incidente reseñable se produjo, según la información que ha llegado a este medio, precisamente a la vuelta, ya de noche cuando uno de los carros que regresaba por la carretera, al parecer sin luces, fue embestido por un automóvil. A consecuencia del choque, el carrero sufrió fractura de clavícula y fue trasladado al hospital de Llerena.

La celebración del camino abre la semana más intensa de la romería, donde se aprovecha para da los últimos retoques a las casetas, para que luzcan en todo su esplendor en la noche del viernes, cuando se abre oficialmente la romería que se prolonga hasta el martes 16.