Fin del curso escolar, pero no de las labores de aprendizaje
El autor propone aprovechar las vacaciones para formarse a través de la lectura en materias que no son objeto de estudio durante el curso académico
josé iglesias
Miércoles, 29 de junio 2016, 17:37
A los alumnos de carreras, ya adultos, que gozan de juventud y de bríos.
Publicidad
Por San Juan bendito, el curso finito. Nadie confunde el curso escolar, reglado, impuesto por el Ministerio de Educación, con las labores de asimilación de saberes. Al ser preguntados, llegadas las vacaciones, qué piensan hacer, bastantes alumnos suelen contestar: yo, ahora a descansar. Si acaso ayudar a la familia en las faenas del campo o del taller. Hay algo positivo, pero cabe bastante más.
La mente es una máquina que elabora gustos estéticos, es una máquina que elabora normas, leyes, aspiraciones, que crece con el alimento de la contemplación estética, de modo que no se atrofie ese lado del cerebro. Así muchos alumnos viajan, por lo cual decimos que vean museos, oigan músicas, entren en iglesias y catedrales, contemplen la arquitectura y graben en su alma la belleza También que lean libros estéticos de poesía al menos unas doscientos renglones a la semana, entren en Internet, lleven adelante un cuaderno de notas donde apunten sus vivencias, y verán al cabo del tiempo las transformaciones operadas en su mente. No dejen que merme su felicidad. En nuestra biblioteca del pueblo (con aire fresco) hay una guía de lectura sobre la mesa del encargado, a disposición, para los no viajeros; para todos.
En general las carreras son entendidas como un instrumento para conseguir una colocación con la que vivir. Casi nunca como una perfección del humano ser, como una dotación de artes y ciencias que hagan a las personas exquisitas en el trato, justas en sus apreciaciones y elegantes en su porte. O como decía Don Bosco: buenos cristianos y honrados ciudadanos. Las carreras técnicas adolecen clamorosamente del saber de humanidades, y a estas humanidades deben atender en las vacaciones los técnicos. Son imprescindibles los fundamentos del Derecho, los Derechos Humanos, la Historia Moderna, la Política Democrática, Historia del Pensamiento Occidental, la doctrina de la Iglesia Católica, la Filosofía Racionalista, las Teorías Marxistas, etcétera. Hay libros en nuestra biblioteca. Que algunos no saben dar razón de eso de ser inalienable que se oye por ahí. Hay que forjar un criterio propio.
Los humanistas, por el contrario, andan bastante deficientes de los saberes técnicos, por lo que las vacaciones son días llenos de gracia para suplir estas deficiencias. Vean la Historia de la Ciencia, vean cómo es organizada la producción mundial de bienes y de servicios, el Comercio Mundial, La Unión Europea, la Investigación Biomédica, el I+D, el desarrollo interplanetario; en fin, las nuevas tecnologías digitales en las que estamos. Que muchos no saben cómo se tira un petardo de goma dos. Hay libros en nuestra biblioteca. Hay que forjar un criterio propio también por este lado.
De modo muy general, toda persona culta actualmente debe haber leído (y meditado con atención) algunos libros como la Biblia, que es también un libro de experiencia humana; el Decamerón de Boccaccio, para los temas humanos de la literatura; las Mil y una Noches, para los temas de fantasía humana, y, como españoles, el Quijote (sin más comentario ).
En fin, libros de Locke, de Darwin, de Balmes (el Criterio), la Constitución, los presupuestos del Estado A ver si poco a poco la sociedad española va dejando de ser una sociedad malpensante, (no creo, ya hablaremos de esto) y todos leen con calma la Constitución
Publicidad
Por San Juan Bendito, curso finito, sí, pero no tanto.
Los estudiantes pequeños, estén tranquilos, que hasta el 4 de julio la Concejalía de Cultura no abre las actividades para ellos. Estos sí que gozan de todo con fruición.
Saludos con destellos de sol por el olivar viñedo.
PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión