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Monumento del Sagrado Corazón.
La respuesta del cronista oficial sobre el monumento del Sagrado Corazón

La respuesta del cronista oficial sobre el monumento del Sagrado Corazón

Felipe Lorenzana sale al paso de los comentarios que cuestionan su labor, su cualificación e, incluso, sus motivaciones personales

f. l.

Martes, 2 de agosto 2016, 12:06

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1- Hay quien opina que debería dedicarme a cosas más trascendentes. No sé si quienes dicen esto no quieren que trate este tema porque les molesta o porque no le dan importancia. Si fuera lo primero, apelo a mi libertad para dedicar mi tiempo, que me pago de mi bolsillo, a lo que estime oportuno. Si fuera lo segundo, siga leyendo.

La polémica desatada en relación a la estatua del Sagrado Corazón procede de una propuesta que se enmarca en la memoria anual que presento al Ayuntamiento como cronista oficial. Yo le concedo la misma importancia que a las otras propuestas que aparecen en dicha memoria, la cual fue entregada y explicada a nuestra alcaldesa y después se llevó al pleno. El Diario Hoy, por su parte, decidió priorizar esa propuesta sobre las otras, apareciendo en la edición regional impresa. De forma que este cronista no creó la noticia ni tenía ninguna intención de generar una polémica, si bien estoy de acuerdo con el contenido del artículo de Juan Carlos Zambrano, el cual recoge mi petición y la documenta a la perfección con datos de otros investigadores.

La noticia ha generado un debate muy interesante, pero hay algunos que en lugar de opinar sobre la propuesta se han dedicado a sacudir al proponente, otorgándole un protagonismo que no desea ni de lejos.

Asumo, como cualquiera, que hay asuntos en este pueblo más importantes que ocuparse de la estatua, pero tampoco debe ser una tontería cuando se han recopilado sobre esto más de 300 mensajes y es la noticia más leída desde que apareció Hoy Fuente de Cantos, según me informa su director. Si usted no opina lo mismo, pues no participe.

2- En cuanto al debate político que se ha generado, decir que a este cronista, en realidad, el monumento al Sagrado Corazón le resulta indiferente. Lo que establece como prioritario es la devolución a su sitio de la escultura de Zurbarán, donada por los herederos de Felipe Márquez Tejada en 1937 con la condición de que estuviera frente a su casa, en el altozano, ya entonces nominada Plaza de Zurbarán. Se colocó en 1939 siendo alcalde Pedro Jesús Cordón y fue trasladada a la carretera al año siguiente para poner en su lugar la que está ahora por iniciativa del alcalde Federico García Romero, con la única finalidad de conmemorar la victoria del ejército de Franco en la Guerra Civil. Esto no es una interpretación personal, sino lo que dicen los documentos y los discursos de la época. No entro en cuestiones políticas, ni ideológicas, ni religiosas. Para mi es una cuestión histórica, cultural, incluso urbanística.

Y de paso informo al Ayuntamiento, porque creo que tengo la obligación de hacerlo, que este monumento al Sagrado Corazón podría contravenir lo que establece la Ley 52/2007 de 26 de diciembre, llamada de la Memoria Histórica, en su artículo 15 (símbolos y monumentos públicos). No me corresponde a mi valorar ni mucho menos decidir si aquel está comprendido en los supuestos que establece la ley. Simplemente informo. Y tampoco tengo intención de derribarlo, ni siquiera de denunciarlo, tal y como aventura algún opinante.

3- Algunos han manifestado que la Ley de Memoria Histórica es injusta, incluso que su aplicación rigurosa llevaría a demoler los pantanos que inauguró Franco. Sobre esto, apuntar que la ley es la ley y, nos guste o no, está para cumplirla. Como todas. Reconozco que a mi tampoco me gustan algunos de sus artículos. La ley se limita a ordenar la retirada de aquellos símbolos o monumentos que han contribuido, y siguen contribuyendo si no se quitasen, a ensalzar la victoria de uno de los bandos de la Guerra Civil, humillando por consiguiente al otro bando. Este significado creo que está clarísimo en lo concerniente a la estatua del Sagrado Corazón de Fuente de Cantos, y repito que no hay más que leer los documentos correspondientes. Lógicamente, los pantanos no tuvieron esa misión, y si algún significado tienen es el de ser un monumento al esfuerzo de los españoles.

4- Sobre el argumento de que la estatua lleva ahí toda la vida y nunca ha molestado, comentar que no es cierto lo primero, eso ya se ha dicho. Y si no ha molestado es porque casi nadie conocía su sentido original. En realidad pienso que ha pasado desapercibida, pues no es precisamente una obra de arte. Ahora que sabemos lo que es y por qué está ahí tenemos que plantearnos qué hacer con ella. En ese sentido, es bueno que haya habido este debate. El conocimiento de nuestra historia y la discusión sobre nuestro pasado son siempre provechosos. Lo que sobran, eso sí, son los comentarios maleducados y las sandeces propias de la feliz ignorancia en la que se mueven algunos.

Por otra parte, me ha sorprendido saber que esta escultura tenga tantos devotos. Si es así, ¿por qué no alzaron en su día la voz cuando colocaron a ambos lados de ella palmeras y farolas que la tapan casi por completo? Tampoco los anuncios publicitarios y los contenedores soterrados puestos en el medio de la plaza contribuyen a embellecerla, precisamente.

Pienso que este sería un buen momento para promover la reordenación urbana de este espacio, que tantas posibilidades ofrece y que tan mal aprovechado está.

5- Respecto al temor de que se destruya la estatua, mi opinión (que no figura en la memoria anual, pero la expresé en Radio Fuente de Cantos) es que la escultura podría encontrar mejor acomodo en otro lugar, quizá en las proximidades de una edificación religiosa, o en un futuro museo de historia local, eso sí, una vez despojada de la tremenda carga política que tenía cuando fue erigida. Pero en ningún caso debe dañarse, alterarse ni destruirse, pues es el testimonio de una época, nos guste o no, y en mi caso particular la utilizo como recurso didáctico para explicar el franquismo.

6- En cuanto a la afirmación de que quitando el escudo de Franco se cumpliría la ley, aclarar que el famoso escudo que impuso Franco con el águila de San Juan, el yugo y las flechas, elementos presentes en la heráldica de los Reyes Católicos como símbolo de la unificación de sus coronas, se mantuvo vigente hasta 1981, por tanto no sólo es el escudo de Franco, sino también el de los primeros seis años del reinado de Juan Carlos I. De hecho, el ejemplar original de la Constitución de 1978 que se exhibe en las Cortes tiene ese escudo. Por tanto, no puede ser conceptuado como un escudo anticonstitucional. Por toda España se han quitado esos escudos (algunos eran verdaderas obras de arte) en virtud de una interpretación demasiado rígida de la Ley de la Memoria Histórica. Yo no lo hubiera hecho, ni lo haría en el caso que nos ocupa. Tampoco quitaría el escudo de Fuente de Cantos presente en este mismo pedestal, porque curiosamente (¿fue un error?) es el escudo republicano (repárese que lleva la corona mural, no la corona real). En definitiva, lo que creo que podría invalidar la permanencia del monumento al Sagrado Corazón no son los emblemas políticos ni religiosos que muestra, sino su significado original de servir de instrumento conmemorativo de exaltación de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura (texto literal del art. 15).

7- A quien me afea que como historiador intente supuestamente censurar o cambiar la historia, tengo que decirle con claridad que su afirmación me parece una sandez. ¿Qué libros de historia ha leído? ¿a que jornadas de historia ha asistido para hacer semejante afirmación? En este pueblo hace muchos años que intentamos promover el conocimiento de nuestra historia organizando jornadas y publicando sus libros de actas, que se distribuyen gratuitamente, incluso se pueden encontrar digitalizados en la red. La historia de las estatuas de Zurbarán y del Sagrado Corazón ya han sido tratadas en ellos y no me consta que nadie se haya alterado lo más mínimo. También hay estudios muy solventes para entender lo que fue la II República y la Guerra Civil en nuestro pueblo, etapas sobre las que muchos de los intervinientes en los foros de debate tienen concepciones muy erráticas. En definitiva, creo que sería buena idea leer un poco antes de difamar a los historiadores, pes eso se llama matar al mensajero.

8- También se dice que el Sagrado Corazón, como tal, no está prohibido por la Ley de Memoria Histórica y, efectivamente, tienen razón. Pero con esto pasa (y con esta comparativa no quiero ofender a nadie), como con las estatuas ecuestres de Franco, todas retiradas ya: ¿y qué culpa tenía el caballo? Al hilo de esta cuestión quiero compartir con los lectores un fragmento del mensaje que me envió un buen amigo mío que es profesor de Religión: ¿qué culpa tiene el pobre Sagrado Corazón de Jesús de que el nacionalcatolicismo lo utilizara torticeramente? A lo mejor, en vez de quitarlo, habría que hacerle un acto de desagravio por cómo se emplearon el nombre y la imagen de Dios sin su permiso. Dicho lo cual, añado que este cronista nada tiene en contra de la Iglesia, es más, puede presumir de una buena colección de trabajos de investigación y artículos de prensa en defensa de nuestro patrimonio eclesiástico.

9- Igualmente he detectado en muchos comentarios cierta nostalgia del franquismo y su obra. No entiendo ni entenderé nunca que en Fuente de Cantos pueda haber nostálgicos del franquismo. Mucho menos que algunos de ellos sean jóvenes cuyas familias lo pasaron bastante mal durante la dictadura a causa de las ideas de alguno de sus miembros. La historia empieza en casa de cada uno, y algunos de los intervinientes deberían preguntar qué ocurrió en la suya; seguro que se arrepentirían de lo que han escrito. La etapa franquista fue calamitosa para Fuente de Cantos, un pueblo que tenía 11.191 habitantes en 1940 y que no llegaba a los 6.000 en 1975; éramos en 1940 la 13ª localidad más poblada de la provincia, cayendo al puesto 23 en 1975. El desarrollismo se hizo a costa del mundo rural, esquilmando sus recursos y la mano de obra. Ninguno de los famosos pantanos de Franco se construyó en nuestra comarca: en el verano de 1975 teníamos dos horas de suministro de agua al día, y eso que al parecer éramos la 9ª potencia industrial del mundo. Por otra parte, fue el régimen franquista quien despojó a Fuente de Cantos de la cabecera de comarca eliminando en 1973 su juzgado de distrito, creado en 1834, la ofensa más grave que pueda sufrir un pueblo. Ni empleo, ni infraestructuras, ni servicios. En otros sitios quizá, pero aquí nada tenemos que agradecerle a la dictadura, ni por tanto a sus insignias.

10- Finalmente, se ha aprovechado para atacar mi labor como docente, atribuyéndome interés por ideologizar a mis alumnos. Considero ofensivo que personas que no me conocen de nada cuestionen de esta forma mi profesionalidad, y esto es algo que no se lo consiento absolutamente a nadie. Un servidor establece en sus clases una divisoria muy clara entre la historia objetiva y sus opiniones, que por supuesto las da. No tengo ningún interés en promover alumnos de izquierdas ni de derechas, pero me esfuerzo hasta el límite para que sean capaces de interpretar la realidad con sentido crítico tomando la Historia como referencia permanente. No obstante, como en este pueblo tenemos la suerte de tener dos centros educativos de probada solvencia para los estudios de secundaria, si usted cree que en el instituto le comemos el coco a los alumnos, lleve a sus hijos al colegio concertado y punto.

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