El XIII Otoño Flamenco recorre la trayectoria vital de Juan Vicente Acuña

Músico multiinstrumentista, maestro, político comprometido con los temas sociales, amante del flamenco, compositor, carnavalero, todo eso y más fue Juan Vicente Acuña, uno de los fundadores de la Peña Flamenca de Fuente de Cantos, a quien el Otoño Flamenco en su decimotercera edición le rendirá homenaje tras su fallecimiento a principios de este año.

Según explicó Francisco Zambrano, organizador de este evento consolidado como una de las citas culturales clave de Extremadura, todo girará en torno a la trayectoria vital de Juan Vicente. En su faceta política, tras obtener plaza de maestro en Trebujena (Cádiz), se vinculó primero al PCE y luego a IU. Fue concejal y teniente de alcalde, diputado provincial por Cádiz, parlamentario andaluz tres legislaturas, coordinador provincial de IU y secretario de Organización de IU Andalucía.

Antes había recalado en Lebrija, donde se formó como guitarrista. Pese a vivir tantos años lejos, Zambrano asegura que Acuña nunca se desvinculó de su pueblo. La prueba es que fue el iniciador del carnaval fuentecanteño, con gente de Trebujena y Cádiz, impulsando la agrupación de la Peña Flamenca de aquí y componiendo los temas, y además compuso muchas sevillanas para la romería de San Isidro, que aún se cantan. Nunca perdió sus raíces, asegura.

En el recorrido por la trayectoria de Juan Vicente Acuña, la primera cita del Otoño, el 21 de octubre, girará en torno a su pasión por el flamenco. Será con la presentación del disco Mi libertá, de Pedro Cintas, uno de los artistas punteros de Extremadura, que con este trabajo busca su propia identidad, en plena madurez artística, aportando su visión del flamenco, mezclando tradición y vanguardia en un disco muy interesante, comenta Zambrano.

La segunda cita, al día siguiente, abunda en la faceta de Acuña como multiinstrumentista, ya que, además de la guitarra, tocaba el piano y el órgano. Por ello damos más amplitud al Otoño, y traemos a Arturo Pareja Obregón, cantautor y pianista, y también al grupo Entre Zambas y Jaleos, de El Madalena, que estará acompañado por piano, saxo, guitarra y caja.

Seis días después, el 28, llegará quizá el momento más emotivo de la cita, con el homenaje a Juan Vicente Acuña, centrado en su valor como guitarrista el primero de la Peña Flamenca, recuerda Zambrano. Ese día, su familia podrá recibir el cariño de los que conocieron a Acuña y a él se le dedicará la presentación del libro La séptima cuerda. Es un libro muy interesante de Manuel Ramos, una novela que relata el inicio de la vida de un joven guitarrista. Se llama La séptima cuerda porque abunda en la idea de que para el flamenco, aparte de voz, técnica y formación, hace falta algo más, una cuerda más, el sentimiento, eso que no se aprende.

Tras la presentación, los guitarristas locales Domingo Díaz y Manolín García, con la colaboración especial de Miguel Vargas el padre de la guitarra flamenca extremeña, acompañarán al cantaor Manuel Pajares, reciente Melón de Oro en la bienal de Sevilla, un cartel de lujo para un homenaje artístico como se merecía, concluye Zambrano.

Y llegaremos a la última cita, la del 29. Queremos poner el broche de oro con un festival que resuma la trayectoria de Juan Vicente, tocando sus vinculaciones con Extremadura, Lebrija y Cádiz.

Así, se contará con el bailaor y coreógrafo extremeño Jesús Ortega, una figura internacional que contará con la colaboración especial de la bailaora japonesa Yoko Tamura, que marcará su origen fuentecanteño, y que estará acompañado a la guitarra por Ramón Amador.

Además, participa José Valencia que hoy es la referencia en cuanto al cante de Lebrija, una maravilla, que reflejará la vinculación con la ciudad sevillana. Su compañero al toque será Juan Requena. Zambrano reconoce que le hubiera gustado contar para esta ocasión con Miguel Funi y Manolito de Paula, veteranos cantaores que participaron con Juan Vicente como guitarrista en el primer concurso regional de flamenco, celebrado en Fuente de Cantos en 1981. Sin embargo, la edad y el estado de salud han impedido que acudan a la cita.

Finalmente, los aires gaditanos los podrá David Palomar un excelente cantaor que ha logrado refundir la dualidad que tiene Cádiz entre carnaval y flamenco, y que estará acompañado por Rafael Rodríguez una guitarra muy particular, impresionante.

Estos serán los ingredientes de una cita que, según Zambrano, es la primera de Extremadura en cuanto a base cultural y la filosofía de conciliar el descubrimiento de nuevos valores, de futuras figuras, con el reconocimiento a figuras emblemáticas de este arte, y todo ello bajo la premisa de mantener siempre la calidad.

El organizador del Otoño solo tiene una espina clavada. Es la decisión de la Diputación de retirar su apoyo, negándole la subvención que se había solicitado. No entendemos muy bien por qué, puesto que creo que respondemos a todos los parámetros: es una población de menos de 20.000 habitantes, un festival consolidado, tiene una calidad reconocida y además contribuye a la difusión de la cultura extremeña, ya que es un festival abierto, no algo que organice una peña o asociación para su disfrute interno, pero en fin, habrá que aceptarlo, se lamenta.

Quien sí continúa respaldando el festival es la Junta de Extremadura, que sufraga la presencia de artistas extremeños en la cita, en una apuesta por el crecimiento del flamenco en la región, donde goza de tanto arraigo y tantos seguidores. También apoya, como desde el inicio, el ayuntamiento, y, por descontado, la Peña Flamenca, la decana de las peñas extremeñas.

No me atrevería a decir que es el mejor festival de Extremadura puesto que hay otros en las ciudades que cuentan con presupuestos muy grandes y con eso no se puede competir, pero sí que está entre los mejores y que para una población de 5.000 habitantes, y con los presupuestos que manejamos, se trata de una cita que no tiene parangón, por calidad, por el nivel de las figuras que vienen, y por la filosofía que conjuga de promoción y reconocimiento a nuestros mejores artistas, concluye.