La nueva residencia para discapacitados estará terminada en junio

La nueva residencia para discapacitados estará terminada en junio del año próximo, y podrá ocuparse en los meses siguientes una vez que se realicen las contrataciones de personal para atender a los residentes.

Según explicó la alcaldesa Carmen Pagador, el proyecto ha sido admitido para su financiación con cargo al Plan de Empleo Estable que promueve el Servicio Público de Empleo, desde el que se financiará la mano de obra, cuyo coste estimado es de 120.000 euros. Además, el ayuntamiento pondrá los 20.000 euros necesarios para costear el material.

Con estos 140.000 euros será suficiente, indicó Pagador, toda vez que no es necesario levantar edificaciones nuevas, sino que se aprovecharán dependencias ya construidas y ahora con poco uso anexas al Centro Ocupacional Francisco Asuar.

Según explicó la portavoz del Grupo Popular en el ayuntamiento, Luisa Durán, cuando se presentó la iniciativa, se pretende responder a una demanda emergente en nuestra localidad y en general en la región.

La residencia contará con 24 plazas, la mitad para personas que necesiten una atención más continua y generalizada y las otras para quienes solo necesiten un seguimiento menos exhaustivo por gozar de mayor autonomía personal.

La previsión es que se generen tres empleos directos de carácter fijo, más una cantidad variable de empleos indirectos por la prestación de los distintos servicios que necesite la residencia. Durán afirmó que el proyecto no solo redundará en beneficio de Fuente de Cantos, sino de toda la comarca.

La idea mereció el respaldo del Grupo Socialista cuando fue presentada en pleno.

Asimismo, está respaldada por la Asociación de Padres y Amigos del Discapacitado. De hecho, la presidenta de dicha entidad, María Martín, ya había manifestado el deseo de contar con este tipo de servicios, como una necesidad imperiosa y cada vez más amplia.

Martín indicó que muchas personas que vienen desplazándose desde hace años al centro ocupacional desde otras localidades tienen problemas para continuar su inserción, puesto que sus padres se hacen mayores y no pueden traerlos.

Esto supone un gran retroceso para estas personas, ya que cuando están integrándose social y laboralmente y estableciendo vínculos con otras personas, se ven de nuevo abocadas a permanecer encerradas en casa sin recibir la atención que demandan y sin posibilidad de relacionarse con otras personas.

Ahora, con la nueva residencia, los desplazamientos se reducirán al mínimo y estas personas podrán convivir con el resto, continuar su formación y seguir estableciendo lazos que les permitan su inserción social con total normalidad.