La polémica sobre la estatua del Sagrado Corazón dio para mucho.

El carnaval sube de nivel y confirma el relevo generacional

La recuperación de la carpa del altozano revitaliza la fiesta en la calle

Juan Carlos Zambrano

Domingo, 26 de febrero 2017, 09:39

El carnaval fuentecanteño dejó patentes varias cosas. Una es el éxito de haber rectificado la decisión del pasado año y llevar de nuevo el centro de la fiesta callejera a la plaza del altozano. Otra es la subida general del nivel, con mayor calidad cada vez tanto en música como en puesta en escena, voces y letras. La tercera, muy importante, que se ha consolidado el relevo generacional, lo que asegura la continuidad de la fiesta. Las comparsas tradicionales, que tras muchos años de dedicación carnavalera han ido desapareciendo, han sido sustituidas por el entusiasmo de los jóvenes que vivieron la fiesta desde pequeños acompañando a sus padres.

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Así lo prueba el hecho de que este año haya habido ocho comparsas, número muy significativo para la población de la localidad, que estrenaron además escenario en el nuevo teatro municipal.

El carnaval se abrió con el pasacalles de la mañana del viernes, pleno de colorido y en el que participaron los cuatro centros educativos de Fuente de Cantos, colegio público Zurbarán, colegio San Francisco Javier, instituto Alba Plata y centro ocupacional Francisco Asuar, encargados de activar el modo disfraz en la localidad.

Ya por la noche, el teatro acogió la actuación de las comparsas.

Abrieron el fuego Los Kanallas presentando su tipo Las bellezas del Bodión, un peculiar grupo de sirenas. En sus pasodobles, la nostalgia de la niñez y a la historia del carnaval, y en sus cuplés alusiones al mal tiempo en San Isidro, al teatro municipal o la mercantilización del deporte, se completaron con un popurrí donde las sirenas relatan sus cuitas en el entorno de la ermita

Tras ellos, la comparsa femenina Buenbú, con su Mundo real, donde se convierten en mitad princesas y mitad amas de casa. Toda una declaración de intenciones pues sus letras abundan en el papel de la mujer y en la reivindicación del trabajo, sea en el hogar o fuera. Así aclaran que no quieren que se les encasille ni como princesitas ni como amas de casa, sino que se las deje ser lo que quieran ser. También tocan otros temas, entre ellos, como no, la polémica por el Sagrado Corazón.

Recién caídos de Mérida, El Estuche presentó Héroes en silencio, unos superpadres que se desviven por sus hijos. En sus letras, reivindicación del orgullo extremeño y también críticas a la Casa Real, a Trump, a los banqueros, a los maltratadores, y alusiones al Sagrado Corazón y al lío que suponen las nuevas tecnologías.

Llegaron después Los Maccabis, que venían Hasta los pockeballs. Su tipo, Pokemons indignados porque todo el mundo quiera darles caza. Su repertorio se centró casi en exclusiva en temas locales, a excepción de algún pasodoble al PP o a la moda de Halloween. San Isidro y el falso Lilín también tuvieron cabida en una actuación que se cerró con un popurrí muy crítico con el ayuntamiento, con temas como los pájaros de la plaza o las carpas de la Chanfaina.

En la segunda parte, se arrancaron Los Figuritas con el tipo Desde lo alto de la peana le veo el escote a tu hermana. Caracterizados como estatuas del Sagrado Corazón, con pedestal y todo, y aprovechando la vista privilegiada desde su posición (eso sí, inmóviles, como corresponde) hicieron un repaso de lo ocurrido en el pueblo. Críticas al traslado del Carnaval al recinto ferial, a los atascos que provocan los camiones del butano, a Trump, y referencias a personajes muy conocidos. Eso sí, toda la actuación en vilo por si venía Felipe Lorenzana y quería llevarlos a otro lugar.

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Después, Los Maduritas, Con el agua al cuello, daban vida a unos desastrados náufragos que tratan de averiguar dónde han ido a parar tras la tormenta de julio. Pasodobles críticos con el maltrato y la situación económica, y otro de homenaje a Juan Vicente Acuña, y popurrí y cuplés dedicados a personajes y situaciones del pueblo (incluido como no el Sagrado Corazón), así como a los peligros de internet formaron parte del repertorio.

En penúltimo lugar, La Niña Bonita, otra comparsa formada íntegramente por mujeres, se hacían Dueñas del tiempo en su tipo. En sus pasodobles, la pobreza, el acoso escolar y al cinismo de algunos en el tema del botellón. Cuplés para el Sagrado Corazón, los nuevos parques o el doble de Lilín, y un popurrí reivindicativo mostrado como un viaje en el tiempo.

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Cerraron los de El Puntillo, también recién llegados de su debut en el carnaval de Mérida. Su tipo, Seguimos en la pelea, unos gallos muy bien armados que pidieron que Fuente de Cantos despierte de su letargo, criticaron al ayuntamiento y al gobierno y alusiones a las costumbres, personajes del pueblo y a su visita al carnaval de Mérida, dieron paso a un popurrí en el que primó el aspecto más reivindicativo en las alusiones a la política, la economía y el medio ambiente.

Al hilo de lo ya mencionado sobre El Puntillo y El Estuche, solo añadir que tuvieron un papel más que digno en su participación en el Carnaval Romano. Así, según las crónicas, las voces y letras de El Puntillo hicieron que el público emeritense se pusiese en pie, mientras que de El Estuche se destacaron las voces e instrumentación cuya calidad es indiscutible. No lograron pasar el corte pese a su buen hacer, en parte por las limitaciones del propio concurso, que ha llevado a la propia asociación de agrupaciones de carnaval a pedir que se hagan dos finales, una de chirigotas y otra de comparsas, para no dejar fuera a ningún grupo de calidad.

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Pero volviendo al carnaval fuentecanteño, tras la intensa noche del viernes llegó un sábado no menos agitado, con un concurridísimo y original pasacalles que recorrió el pueblo desde el Hospital de San Diego hasta el altozano, amenizado por las charangas El Pirata y Los del Barrio.

Concluido este, los carnavaleros se distribuyeron por los distintos locales de la población para improvisar sus actuaciones en cada lugar que visitaban.

La noche se cerró en la carpa instalada en el altozano.

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Para hoy domingo, está previsto el cruce de banderas, nueva ocasión para que quienes no pudieron ver a las comparsas en la actuación del viernes disfruten de sus cantes, esta vez en el escenario de la carpa.

Más tarde volverán a recorrer los bares y restaurantes del pueblo para continuar la fiesta hasta que el cuerpo aguante, aunque eso suponga pasar un lunes de penitencia.

El carnaval se tomará entonces un respiro para volver con brío el sábado 4 con el Entierro de la Sardina, en la plaza de San Juan. Allí la jornada contará con concurso de migas, actuación de las comparsas y la quema final de la sardina.

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